El paciente con una anorexia nerviosa sufre tremendamente. Siente la incomprensión del mundo, parece que nadie se alegre de "verle cada vez mejor", ya que no son capaces de comprender que esa delgadez que ellos ven como un triunfo es preocupante para sus seres queridos.
La persona se mete en su propio mundo con una única obsesión: adelgazar cada vez más, sin considerar sus sacrificios como tales, sólo son un pulso contra sí mismos, es en lo único que tienen el control de su vida: adelgazar, cada vez un poco más. Sin embargo, emocionalmente están destruidos: se sienten tristes, incomprendidos, ven reducidas sus actividades, sus intereses... y de una forma extraña, lo único que les consuela es seguir perdiendo peso
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