Para comenzar el tratamiento psicológico con una persona que padece anorexia nerviosa, lo primero que hay que tener en cuenta es la gravedad en que se presenta el trastorno, ya que en algunos casos la severidad es tal que requiere comenzar con una hospitalización de forma previa al abordaje psicológico. Obviamente lo ideal sería comenzar el tratamiento psicológico al detectar los primeros síntomas de que puede estar apareciendo este problema.
Los criterios para decidir una hospitalización serían:
1. El trastorno se presenta desde hace más de cuatro meses
2. La pérdida de peso es del 25-30% y su estado biológico supone un riesgo debido a la desnutrición
3. Estamos ante un subtipo de anorexia de tipo purgativo
4. Relaciones familiares deteriorados con aislamiento por parte del paciente
5. Psicopatología secundaria en torno al trastorno: ansiedad, depresión, ideación suicida, desadaptación social.
El inicio del tratamiento será SIEMPRE incidiendo el los problemas físicos del paciente. Es importante tener en cuenta que el paciente rechaza el tratamiento, ya que no es consciente de la gravedad del problema (o de la existencia de un problema), dada la distorsión cognitiva que le impide ver la realidad de su cuerpo.
Una vez que el paciente comienza el tratamiento psicológico, es importante conseguir un control correcto de su alimentación, con autorregistros y contratos conductuales apoyados con reforzamiento positivo, o reforzamiento negativo contingente con el cumplimiento de los objetivos marcados.
La información a la familia y su colaboración es imprescindible.
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