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ABORDAJE PSICOLOGICO EN LOS TRASTORNOS DE ALIMENTACION

Los trastornos de alimentación requieren en la mayoría de los casos un abordaje médico y psicológico.
Trastornos como la anorexia nerviosa, que comienzan habitualmente a una edad muy temprana, deberían ser tratados desde un punto psicológico en sus primeras manifestaciones. Desgraciadamente las primeras señales del problema son detectadas por los padres cuando el adolescente ya tiene fuertemente asentada su conducta de restricción alimentaria.


Otro problema frecuente es la bulimia nerviosa (en algunos casos los pacientes anoréxicos desarrollan posteriormente una bulimia).

La sobreingesta compulsiva, consistente en ciclos de atracones y dietas casi permanentes, producen fuertes sentimientos de culpabilidad y baja autoestima, además de otros sentimientos negativos que sería importante considerar desde un punto de vista psicológico.


Por último, la obesidad puede ser igualmente tratada por un psicólogo que orientará al paciente en sus cambios de estilo de vida (dieta y ejercicio físico), así como un apoyo en su motivación hacia la dieta y orientación al cambio. Igualmente en este caso es importante, en caso de obesidad mórbida, la evaluación psicológica previa a una cirugía bariátrica asi como un apoyo posterior.

En los tratornos de la alimentación es importantísimo ayudar al paciente a reelaborar sus falsas creencias acerca de la alimentación, su propia valoración personal, etc.


BULIMIA NERVIOSA

La bulimia nerviosa suele ser diagnosticada más tarde que la anorexia debido a que la persona afectada de bulimia tarda más en acudir al médico, no presenta pérdida de peso y oculta sus conductas anómalas.


LA TRIADA CARACTERÍSTICA DE LA BULIMIA


El atracón. Una ingestión masiva y desaforada de alimentos de hasta 15.000 o 20.000 calorías, durante un tiempo variable en que el paciente experimenta una pérdida de control y gran dificultad para dejar de comer.

La frecuencia de los atracones es variable: varias veces al día, todos los días o alguna vez al mes. La persona bulímica pierde el placer de comer, ya que la ingesta se realiza sin hambre y de forma desordenada. Se acaba de comer por cansancio físico o por malestar (náuseas, vómitos o dolor de vientre). 

Las conductas compensatorias. Están destinadas a impedir el aumento de peso.


Aunque se utilizan varios métodos, el 80 o 90 % suele provocarse el vómito tras el atracón. Con el tiempo les resulta más fácil, ya no necesitan introducirse los dedos en la garganta, consiguiendo el vómito por compresión del abdomen. 

Otros mecanismos son el abuso de laxantes y diuréticos, el consumo de fármacos que quitan el apetito, la realización de ejercicio físico o el ayuno. Tras el episodio, el paciente se siente malhumorado, triste, autocompasivo y menospreciable.

Excesiva preocupación por el cuerpo. Tienen pensamientos erróneos respecto a su
peso y su figura, y sufren una distorsión en la percepción y valoración de su propia imagen.

Poseen una conciencia de su enfermedad mucho más clara que las anoréxicas. Esa conciencia sobre lo anómalo de su forma de comer las lleva a hacerlo a escondidas, para que nadie las vea.

QUÉ CAUSA LA BULIMIA

Al igual que la anorexia, se trata de un cuadro cuya causa sólo puede entenderse bajo un enfoque multifactorial. Aplicando el mismo modelo de la anorexia nerviosa, se dividirán en factores predisponentes o de riesgo, factores desencadenantes y factores perpetuantes.

Factores predisponentes o de riesgo. Incluyen factores individuales, familiares y socioculturales.

Individuales. Se trata de factores genéticos, biológicos y de personalidad. Afectan más al sexo femenino y se ha observado que entre los familiares en primer grado de las bulímicas existen otras pacientes bulímicas, por lo que se cree que hay un componente genético.

Entre los biológicos destaca la disminución de la función del neurotransmisor serotonina, lo que provoca ausencia de saciedad y, en consecuencia, se producen comilonas, sobre todo a base de azúcares. La personalidad es de tipo depresivo, ansiosa, y presentan rebeldía, hostilidad, impulsividad y aislamiento.

Familiares. Suelen ser familias conflictivas y desorganizadas. En las madres de personas con bulimia se ha observado una mayor insatisfacción con la propia imagen, e incluso con la de sus hijos, siendo ellas mismas aficionadas a las dietas. Los padres acostumbran a ser dominantes y controladores, muy intrusivos en las vidas de sus hijos, con talantes exigentes y haciendo comparaciones entre unos hijos y otros.

Socioculturales. Los modelos de imagen a imitar, la figura y la esbeltez como valor en sí actuarán por un mecanismo similar al de la anorexia.

Factores precipitantes o desencadenantes. El principal factor desencadenante es el inicio de una dieta que se produce después de un aumento de peso real o debido a una fobia a los cambios de forma corporal cuyo origen se remonta muchas veces a la pubertad.
También suelen ser factores desencadenantes los conflictos emocionales y los acontecimientos vitales estresantes, al igual que en la anorexia.

Factores perpetuantes. Hay varios factores que pueden causar perpetuidad de la bulimia: – Las alteraciones emocionales secundarias a la conducta de sobrealimentación descontrolada (ansiedad, culpa y vergüenza).

– La disminución de la sensación de saciedad por la alteración de la función de la serotonina.

– El trastorno alimentario puede conseguir el aparente equilibrio familiar, colaborando así en su perpetuidad.

TIPOS DE BULIMIA

Hay dos tipos de bulimia nerviosa:

Tipo purgativo. Durante el episodio de bulimia nerviosa, el enfermo se provoca el vómito con regularidad o abusa de laxantes, diuréticos o enemas.

Tipo no purgativo. En este caso, para controlar el peso utilizan como mecanismos compensadores el ayuno y el ejercicio excesivo durante los días siguientes al atracón, pero regularmente no hay vómitos autoinducidos, abuso de laxantes, diuréticos o enemas.





SOBREINGESTA COMPULSIVA

la sobreingesta compulsiva esta relacionada con un problema de ansiedad
La sobreingesta compulsiva se caracteriza por episodios repetidos de atracones que generan en el sujeto el sentimiento de no poder controlarlos voluntariamente. Aunque no todas las personas con sobreingesta compulsiva son obesos, aproximadamente el 70% de estos individuos presentan niveles de sobrepeso moderados o graves.

A diferencia de las personas obesas, los comedores compulsivos no suelen hacer dietas severas, ni tienen una gran insatisfacción con su imagen corporal, como les ocurre a anoréxicas y bulímicas.


La sobreingesta compulsiva podría definirse según los siguientes criterios (Williamson, Davis, Duchmann y cols., 1990): 

  • Episodios recurrentes de voracidad (atracones) 
  • Los atracones tienen una alto contenido calórico 
  • Esfuerzos repetidos por seguir una dieta y frecuentes variaciones de peso 
  • Reconocimiento de que sus hábitos alimentarios son anormales y están fuera de control 
  • Afecto negativo antes y/o después de un atracón 
  • Ausencia de métodos extremos para perder peso, como purgarse 
  • Ausencia de un temor exagerado a ganar peso 
Las situaciones ambientales en las que se presentan los episodios de sobreingesta pueden ser limitadas, y suelen darse por una activación en su estado emocional (como ansiedad), que se denominaría ingesta emocional y como respuesta a estímulos alimentarios externos; ingesta externa.

Características de los episodios de voracidad: 

  • Son nutritivamente innecesarias 
  • A menudo implica el consumo de grandes cantidades de alimentos 
  • Los alimentos que se consumen tienden a ser muy sabrosos y de alto contenido calórico 
  • La persona frecuentemente experimenta su conducta de ingesta como si fuera un hábito compulsivo